top of page
descarga (4)_edited.jpg

Entre el cielo y el infierno

El ser humano nace con la necesidad de creer en algo superior, en algo que lo exceda, ya sea un Dios, Maestros, Arcángeles o la energía en la que cada uno elija creer.

​

Tal vez sea por el miedo a saber que hay después de esta vida, la ansiedad de que esta no se termine, o la esperanza a que algo cambie.

​

Y dentro de este contexto de diferentes creencias y adoraciones, existen esas personas que buscan llegar al cielo, a la salvación o al lugar que más te guste.

​

Viven sus palabras y costumbres de domingos, con fechas y rezos especiales, buscando de alguna forma asegurarse una especie de pasaje hacia un lugar celestial.

​

Creer en un dios, descargar pensamientos en oraciones y alabanzas, cantar, respirar, escuchar y reflexionar son grandes herramientas positivas para ganar tranquilidad, aliviar el stress y sus repercusiones físicas sobre nuestras diferentes estructuras (músculos, sistema digestivo, descanso, etc).

​

Pero que existe entre ese cielo y la vida de todos los dias?

​

Buscas la eternidad, pero no confías en lo infinito de decir gracias o mirar a los ojos, y en esa sensación que vuelve hacia vos por haber sido gentil, amable, que a su vez te llenara de dopamina por haber decidido ser honestamente cordial.

​

Buscas la paz, pero tu enojo esta siempre a flor de piel haciéndote daño a vos y al que te rodea, liberando picos de cortisol y adrenalina, degastando tu sistema inmune, mal funcionando tu sistema digestivo.

​

Cantas por amor, pero tus palabras hacia tus seres queridos carecen de buenas intenciones y están llenas de egoísmo, y  así te alejas de ese abrazo o beso que inundara tu cuerpo de oxitocina y todas sus funciones saludables.

​

Tu templo es sagrado y de misericordia, pero a tu cuerpo le cuesta de sobremanera sonreírle o ayudar a un extraño, tampoco te sonreís a vos mismo, dándote esa caminata al sol permitiéndote perder el tiempo, dejando que tu cuerpo en movimiento fluya, mejorando la oxigenación a tus tejidos, ganando mejor calidad de sueño, cuidando así ese lugar en donde vivís todos los dias, tu cuerpo.

​

Como desde hace pocos miles de año, nuestro cerebro nos enferma por pensar excesivamente en el futuro o remitirse constantemente al pasado.      

​

Y así vas en busca del cielo,

Pero a donde se viven tus infiernos?

​

Tal vez sea acá en la tierra, en tus pasos con falta de empatía, amabilidad, rechazo, rencor, egoísmo, que como siempre, no solamente daña a los demás, sino también a vos mismo.

​

Entonces, donde estas hoy? Entre el cielo o el infierno?

Dejame tu opinón

Ponte en contacto para que podamos debatir este texto juntos...

¡Gracias por tu mensaje!
bottom of page